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viernes, 26 de febrero de 2010

EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA BAEZA-1


El pasado sábado tuvimos nuestra quinta reunión de este curso, con el tema de estudio “Construir el matrimonio”. El Padre Caffarel nos dice en sus escritos que se trata de una tarea larga que hay que volver a empezar constantemente, que la pareja es el sólido fundamento de la familia, y es importante garantizar en primer lugar la solidez de la pareja y perseverar hasta el final en el fortalecimiento del amor conyugal.
Los matrimonios de los Equipos de Nuestra Señora quieren que su amor, santificado por el sacramento del matrimonio, sea una alabanza a Dios, un testimonio para los hombres probándoles, con toda certeza, que Cristo salvo el amor.
Vuestros hijos tienen una necesidad imperiosa de vuestro amor; fue él el que los hizo nacer, solo él puede hacerles crecer. También el mundo frustrado por un amor que se enfría tiene derecho a nuestro testimonio. Tiene necesidad de vislumbrar el amor divino irradiado desde la ternura humana, aprender de vosotros que Cristo vino a salvar el amor, y no podemos negarle este testimonio. Hay muchos matrimonios que todos los años se formalizan en el mundo y pronto empiezan las decepciones, deterioros y muchas veces fracaso, surge la pregunta; ¿por qué vosotros y no ellos?, porque ellos no invitaron a Cristo a su hogar, porque por más desconcertante que eso sea después de veinte siglos de cristianismo, gran número de matrimonios aún ignora que Cristo vino a salvar el amor humano herido de muerte por el pecado; que Él derramó su sangre por ellos y que esa sangre derramada comunica su virtud a los esposos en el Sacramento del Matrimonio.
La reunión transcurrió como de costumbre, comenzamos con una Invocación al Espíritu Santo, continuando con la puesta en común, bastante intensa por los acontecimientos que habían ocurrido en nuestra vidas en este último mes, después hicimos la oración con el texto de (Ef. 5,25-33) de donde brotaron nuestras acciones de gracias por el sacramento del matrimonio, por nuestro propio matrimonio y la presencia de Jesucristo en medio de él. D. Mariano hizo la conclusión comunicándonos que el verdadero mensaje de este texto evangélico es la similitud que hace San Pablo del amor matrimonial que se tienen que tener los esposos, sea igual que el de Jesucristo tiene con su Iglesia y la Iglesia con Jesucristo, siendo los dos un mismo cuerpo.
Concluimos con la oración del Magnificat.

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