SOLEMNIDAD DE LA
ASCENSIÓN DEL SEÑOR AL CIELO
MISA DE ENVÍO DE
ROMEROS
SÁBADO 31 DE MAYO.
VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Mis queridos hermanos
rocieros:
Cerramos el mes de
mayo con una fiesta mariana, la visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel
y con la celebración en primeras Vísperas de la Ascensión del Señor al cielo.
Fijaos que las dos
fiestas tienen en común el movimiento. María recorre Israel de norte a sur para
ponerse al servicio de su prima embarazada de Juan el Bautista.
El Señor recorre la
distancia desde el monte de Jerusalén hasta el seno de Dios Padre para
enviarnos al Santo Espíritu en Pentecostés.
Movimiento que para
nosotros es un vía fidei, es decir, un camino de Fe porque es la Fe en Dios, en
su Palabra, en su llamada la que nos hace avanzar con esperanza y viviendo en
la caridad.
Al igual que la Virgen
María y Jesucristo Resucitado también nuestra Hermandad del Rocío se pone en
movimiento.
El lunes saldréis un
buen número de peregrinos hacia la ermita del Rocío.
Os esperan jornadas
intensas de caminos milenarios y polvorientos. Jornadas duras pero también
dulces como la vida misma.
Un camino en torno al
simpecado de la Virgen del Rocío de la Hermandad madrina de Jaén que en su
carreta de plata avanzará durante el día y velará en la noche mientras dormís y
descansáis en la acampada.
Un camino de
convivencia, de apertura y relación no sólo entre vosotros, sino con otros
rocieros que se unen a la caravana peregrina de Jaén. Y no solo entre todos
sino también con el mismo Señor Resucitado que cada tarde, como hizo con los de
Emaús, se hará presente en la Palabra y al partir del Pan, cuando celebréis la
Eucaristía diaria.
Un camino que siempre
es nuevo aunque transite por los mismos parajes. Las pisadas de este año no son
las del año pasado, los surcos que abráis no estarán abiertos porque el solano
de las marismas alisa las arenas en cuanto pasáis por ellas y deja la raya
desierta, salobre y seca.
Vosotros no sois los
mismos del año pasado porque la vida no es estática sino dinámica y uno va
cambiando para bien o en el peor de los casos para mal. El carril que llevéis
de ida ya no será el de vuelta, rocieros
siempre id buscando marismas nuevas.
Un camino que siendo
una misma realidad para todos, puede ser muy diferente para unos y para otros
según con la intención con que se haga.
Recuerdo el año
pasado, hablando con unos rocieros que hacen el camino y se quedan en la
fiesta, los animaba en constituirse en hermandad y trabajar durante todo el
año, entonces me confesaron abiertamente que ellos no iban al Rocío como vamos
nosotros, que ellos van en un plan digamos “menos religioso” y que terminada la
Romería todo está acabado.
Cada uno puede hacer
el camino como quiera porque en la Iglesia, ante todo, la libertad de los hijos
de Dios, pero respetar la libertad de los demás no es sinónimo de “todo vale”.
El camino surgió como
camino de Fe y de encuentro. Las peregrinaciones surgieron como oportunidad de
conversión, cumplimiento de promesas y transformación de vida. Y todo camino
tiene una meta, no es el camino por el camino, eso no tiene sentido. La meta es
el encuentro con el Pastor Divino y la Pastora, pero no sólo con una imagen
esculpida por manos humanas, sino con la
presencia viva, real y resucitada del Pastor Divino que es la Santa Misa
del Domingo de Pentecostés en el Real del Rocío.
Como en el camino de
Emaús, el sentido de ese camino era el
escuchar la Palabra que hacía arder el corazón y el reconocer al resucitado al
partir el pan.
Todo lo que no sea eso
no corresponde al origen del Rocío, ni a su naturaleza, ni a su esencia.
Respetando la libertad de todos pero creo que hoy es necesario hablar alto y
claro para que nadie se confunda y sobre todo para ir purificando la mala
imagen que pueden dar esos rocieros que hacen el camino por diversión o por un
sentimiento religioso que luego no lo llevan a la vida de cada día ni a la
práctica. Con todo respeto pero hay que decir aquello que cantamos: “Tu camino
no es mi camino…”
El evangelio de este
día de la Ascensión ha sido meridianamente claro para rocieros y para cualquier
cristiano: Id y haced discípulos de todos los pueblos enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado y sabed que yo estoy con vosotros.
Como párroco y
capellán vuestro, en este día eso os digo rocieros:
Id y haced el camino.
Id y encontraros con
el Señor, con la Señora y con los hermanos.
Id y renovad vuestras
vidas, vuestra fe,
Id sabiendo que el
Señor camina con vosotros porque él está siempre con nosotros.
Id y haced un nuevo
rocío abriendo sendas nuevas.
Id y llenaos del
Espíritu Santo de Pentecostés, señor y dador de vida.
Id y volved con la
alegría que brota del corazón y nada ni nadie nos puede quitar.
Id rocieros que Dios
os bendiga y la Virgen del Rocío os acompañe.
Feliz camino y nos
vemos en el Rocío.
Que así sea.
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