+ BIENVENIDOS +

domingo, 15 de junio de 2014

CARTAS A JESÚS DE NAZARET



Carta 31 a Jesús de Nazaret. 
Domingo Santísimo Cuerpo de Cristo. 22 –junio- 3014
Evangelio . Juan: 6, 51-58
 

S

eñor: Comienzo con una anécdota de mi niñez. Tenía seis años, no cumplidos, y la catequista que me preparaba, junto con otros niños, para la primera comunión, nos dijo: El sacerdote os dará el Pan de los ángeles, y comeréis a Jesús. Cada vez que comulguéis, comeréis a Jesús

Dos dudas me asaltaron, y pedí ayuda a la catequista:     

-la primera,  ¿cómo en un pedacito tan pequeño, podía estar Jesús.? Ella, nos dijo que porque era Dios y Dios todo lo puede.. Me convenció.
.
–la segunda fue que, si todos comemos a Jesús, Jesús, se acaba.. Porque si es el Pan de los ángeles, el pan se acaba.

Tenía en mi retina el pan que mi madre ponía sobre la mesa, y que, al día siguiente, lo sustituía  por otro, porque el anterior se había acabado.

Hoy, no necesito explicaciones. La fe eucarística, dice lo que hemos de saber. Pero te confieso, Jesús, que  pasados los años, has querido iluminar aquellas dudas de mi niñez.

Recibo en la pantalla de mi ordenador, unos rectángulos en blanco, más pequeños que cualquiera de las  uñas de mis manos. Al tocarlos con una flechita, se agigantan  y llenan la pantalla de lindos paisajes, personas y animales en movimiento.

 Y cuando los envío a los amigos, para compartir con ellos tantas maravillas, se van, pero no me abandonan, permanecen conmigo cuanto tiempo deseo.

Después de escribir esto, he sonreído

He sonreído feliz y en silencio. ¡Cómo no creer lo que dijiste a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré, es mi carne  para  la  vida  del  mundo.  “El  que  come   mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día; el que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él…el que me come vivirá por
mí…el que come este pan vivirá para siempre”

Ojala, por muchos años, Jesús, siga repartiéndote entre todos los que tienen hambre de ti.
 Seguro que, por muchos que sean, yo no te pierdo; tú quedas en mis manos y entras dentro haciendo -¡oh misterio de amor-¡ que yo, ya no viva por mí, sino que viva por Ti, por una vida eterna.

Con afecto y adoración. Bartolomé Menor

No hay comentarios: