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miércoles, 9 de diciembre de 2009

VIGILIA DE JOVENES EN EL ARCIPRESTAZGO DE BAEZA

El lunes 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, tuvo lugar la Vigilia Joven de la Inmaculada en el Arciprestazgo de Baeza.

A partir de las 7 de la tarde empezamos a reunirnos en la plaza de Santa Cruz y en torno a las 19.30h Don Mariano Cabeza comenzó con la presentación del encuentro bajo el lema "MARÍA, TESTIGO DE LA FE" en la Iglesia de Santa Cruz. Estábamos más de 30 jóvenes: 4 de Sabiote, 1 de Begíjar y el resto de Baeza.

Tras la presentación hicimos una gymkana en la calle con música y baile incluidos. Cabe destacar la buena disponibilidad de todos los jóvenes (incluso los más tímidos) para hacer las pruebas y para bailar ante las cámaras de los turistas, que nos grababan asombrados. Realmente conseguimos romper el hielo.

A continuación pasamos a la Casa de Hermandad de la Cofradía de la Vera Cruz donde vimos un video que podríamos dividir en dos partes: primero, unas fotografías de la vida de la Virgen María, siempre junto a su hijo Jesucristo, nos mostraron cómo María es Testigo de la fe y ejemplo para nosotros. La segunda parte constaba de seis testimonios grabados en video de personas de Baeza cercanas a nosotros (Madre Mª Alcázar, Don Manuel, Antonia, Familia Fernández Martínez, Mónica y Jerónimo), que también pueden considerarse testigos de la fe, ya sea en el ámbito de la caridad, del evangelio, de la familia...

Después de la cena nos dividimos en grupos para reflexionar sobre el vídeo e intercambiar impresiones sobre nuestra forma de ser testigos en medio del mundo.

A las 23.30h fuimos a la Capilla de San Juan Evangelista. Allí tuvimos la oportunidad de confesar mientras ensayábamos los cantos para la misa. Don Mariano Cabeza presidió la Eucaristía y concelebraron Don Domingo Pérez, Don Manuel Peláez y Don Juan Párraga. Todos los jóvenes participaron en la liturgia (monición de entrada, lecturas, peticiones, ofrendas, acción de gracias, cantos). La homilía nos animaba a ser testigos tomando como modelo a María, que pisó la cabeza de la serpiente y dijo ¡Hágase! confiando totalmente en Dios, a pesar de lo que eso podría suponer para ella en esa cultura y en ese momento. Fue una Eucaristía sencilla, íntima, culmen de todo el encuentro. Se notaba que Dios estaba presente en medio de nosotros, y luego lo pudimos comer en la fracción del pan.

Al finalizar la misa nos dirigimos, rezando el rosario bajo la lluvia, al monumento del triunfo de la Inmaculada Concepción que hay en el paseo. Allí hicimos una ofrenda floral y terminamos el encuentro saludando a la Santísima Virgen con el canto del Magníficat.

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