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viernes, 18 de diciembre de 2009

EL OBISPO CONVOCA EN TODA LA DIÓCESIS UNA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA FAMILIA Y LA DEFENSA DE LA VIDA.


CARTA PASTORAL DEL SR. OBISPO DE JAÉN A LOS SACERDOTES DE LA DIÓCESIS

«NAVIDAD: MISTERIO DE AMOR»

Jaén, 9 de diciembre de 2009

Muy queridos hermanos y amigos sacerdotes:

El pueblo cristiano vive con alegría y sentido religioso la Navidad y se prepara durante el Adviento. Lo sabemos muy bien. Cerca de nosotros y entre nosotros conviven también quienes, sin embargo, intentan maquillar e ignorar su verdadero origen y sentido, hablando de “fiestas de invierno” o simples “fiestas” sin Cristo. No debemos callar este hecho y advertirlo a los fieles.

Pensemos también que es la Navidad del AÑO SACERDOTAL y que, para nosotros especialmente, es una ocasión de gracia para que la Palabra que salva, encarnada en la Virgen María, nos introduzca en ese misterio de amor que se nos encomienda transmitir y acercar a nuestros fieles. No dejemos pasar esta nueva e importante oportunidad en nuestras vidas.

1. Corazón de pastores

Vamos a actualizar, un año más, los ricos textos litúrgicos de la Navidad, tan sobrios y claros. En muy pocas palabras encierran y expresan el sublime misterio del nacimiento del Verbo Encarnado en las purísimas entrañas de la Virgen María.

Busquemos, antes que otras muchas cosas, el silencio reposado para saborear y alegrarnos de tan sublime amor divino por nosotros. Es desde ese calor desde donde seremos capaces de comunicarlo a nuestros fieles. A todos, sin excepción.

El pastor quiere a todas sus ovejas y a todas las lleva en su corazón. A todas, sin diferencias, las presenta ante el Niño Dios, sobre la mesa del Altar, nueva cuna de Belén.

2. Misterio de amor

Hay una Navidad histórica que conocemos desde muy niños y damos a conocer. Pero la Navidad, también lo sabemos, es mucho más en el itinerario sacramental de la liturgia. La Navidad es la luz naciente que ahora nos conduce hasta el esplendor de la noche de Pascua, hasta la luz de la Resurrección. Hasta ahí podemos extender el misterio del Nacimiento.

El susurro y anuncio de paz de la noche de Belén llegó a su plenitud en el “todo está consumado” de la cruz. En el silencio del sepulcro, que se rompe en la mañana de Pascua con el grito de la nueva vida, se inicia ya para siempre un nuevo amanecer de luz.

Somos con Cristo resucitado constructores de unos cielos nuevos y una tierra nueva por el camino del amor divino que irrumpió en la Encarnación y se hizo luz en Belén.

3. Pastores de este amor

Cuando penetramos en este Misterio y escuchamos el susurro de lo divino, se oyen voces que piden les llevemos esta salvación. Son los fieles que escuchan la voz de Dios, y también quienes la rechazan, y quienes hasta la desprecian y la ignoran. Los gritos son más fuertes de los que caminan en la miseria y en el paro, de los que sufren injusticias y desprecios, los que no tienen sitio en la posada.

A todos, pero sobre todo a los últimos, los “preferidos de Dios” hemos de llevarles al portal y levantar por ello sus manos enfermas, pobres, temblorosas, para que se encuentren con el Dios que les quiere.

A nosotros, pastores del Buen Pastor, se nos encomienda especialmente, con toda la Comunidad, apoyar la caridad organizada en su favor. Hoy son las CÁRITAS el Portal de los que buscan apoyo, nueva luz, una palabra de aliento y amor. En estos días nuestros templos se convierten en pórticos de Cáritas.

4. Cantemos a la vida y a la familia

El que es la Vida quiere comunicar vida al mundo. Es alegría para muchos como lo es una vida en la familia. En el nacimiento de Jesús se alegraron los cielos, pero sobre todo María Santísima, San José, su esposo, y toda la tierra. El Portal de Belén es un grito continuado contra la cultura de la muerte, como cualquier nacimiento.

Quienes acudimos a esa gruta de Belén estamos gritando al mundo que ese nacimiento del Niño, en brazos de su Madre y bajo las atenciones de San José, es Buena Noticia ya para siempre. Es familia. Que la familia de los cristianos, la Iglesia, como la familia natural, son fuentes de vida, de amor y de paz. Son reflejos del amor del misterio trinitario.

5. Propuesta navideña

El domingo, 27 de diciembre, celebramos la FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.

A través de mis hermanos sacerdotes quiero invitar a todos los fieles diocesanos para celebrar en esa jornada, o en sus vísperas, una HORA SANTA ante el Santísimo Sacramento, con preces especiales A FAVOR DE LA VIDA Y DE LA FAMILIA.

Podrán obtener, con dicha ocasión, la INDULGENCIA PLENARIA que, en virtud de mis facultades propias para el Año Sacerdotal, puedo conceder bajo las condiciones acostumbradas. La misma gracia podrán alcanzar quienes, no pudiendo salir de sus domicilios o acercarse hasta el Santísimo Sacramento, ofrezcan oraciones especiales por la santificación de los sacerdotes, a favor de la vida y la familia, así como por las intenciones de nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI.

Un abrazo, con mis saludos para sus familias y fieles.

Para todos, FELIZ NAVIDAD.

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