+ BIENVENIDOS +

miércoles, 23 de marzo de 2011

QUINTA ESTACION: EL CIRINEO


Simón: cuando el hombre caído pudo levantar la cabeza, ¿te acuerdas del modo con que te miró? ¿¡No lo vas a recordar si era como si te conectaran en los ojos una fuente de agua dulce que te iba resbalando hasta el mismo corazón!?

Simón: si tú tocas a ciegas y sabes distinguir lo que es un escardillo, la azada o el puño de un arado, dime: el tronco aquél ¿era un árbol cualquiera o le notaste el calor y la potencia de una savia que no fuese de esta vida?

Simón: ¿cuánto pesaba, verdaderamente, aquel pedazo de madera que llevabais a escote entre tú y aquel Nazareno desconocido?

Simón: cuando se está dentro de un suceso tan doloroso, ¿cómo se ven las gentes a las que estamos sirviendo de espectáculo?

¡Qué envidia de ti...; nosotros, oteando el cielo y tú, en cambio, viéndolo todo por esa puerta grande del conocimiento de Dios que es la caridad!

(Cartas con la señal de la cruz, p. 176)

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

No hay comentarios: