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viernes, 13 de noviembre de 2009

CARTA PASTORAL DEL SR. OBISPO: DIA DE LA IGLESIA DIOCESANA


CARTA PASTORAL: DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

Jaén, 2 de noviembre de 2009


Queridos hermanos y hermanas:

El Domingo, día 15 de este mes de noviembre, celebramos el Día de la Iglesia diocesana, como en años anteriores.

La jornada hace referencia a las ayudas y apoyos necesarios a favor de la Diócesis, para su funcionamiento. No es esto lo más importante, ni mucho menos, pues caminamos en manos del Señor que vela por nosotros en su Providencia. Sí es ocasión propicia para orar, pensar y agradecer nuestra pertenencia a la Iglesia de Jesucristo, desde esta Iglesia de Jaén.

1. Importancia de la Iglesia diocesana

Realmente, si tuviéramos todos una conciencia bien formada y despierta de lo que es la Iglesia diocesana y el convencimiento firme de nuestra pertenencia activa a la misma, no haría falta celebrar esta jornada. Colaboraríamos todos, cada uno según sus posibilidades, particulares e instituciones eclesiásticas, a favor de los proyectos y programas pastorales. Así lo hacen normalmente buen número de fieles.

De ordinario, sin embargo, aunque progresivamente, se observa un despertar muy positivo en su favor, se contempla por algunos a la Diócesis como una realidad mucho menos cercana que la parroquia o grupo en el que están asociados. Sólo de vez en cuando se cae en la cuenta de la realidad de la Iglesia diocesana con ocasión del Día del Seminario, cuando se precisa algún trámite de la Curia, en la Visita Pastoral del Obispo y en algunos otros acontecimientos puntuales.

Esta jornada es fundamentalmente para esto, para sentir a nuestra Iglesia de Jaén como algo propio y para comprometernos a conocerla, a orar por sus necesidades, a quererla, a colaborar en sus tareas y proyectos, para vivir de forma efectiva y real nuestra “común unión” con Jesucristo y, desde él, con todos los fieles.


2. Seguimos mirando al “Santo Rostro” de Cristo

La Iglesia comenzó a constituirse cuando unos pescadores de Galilea se encontraron con Jesús y se dejaron conquistar por su mirada. La invitación que les hizo fue muy directa: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Su respuesta fue también radical y definitiva: “Al momento, dejando las redes, le siguieron” (Mc 1, 17-18).

La luz de ese Rostro de Cristo ha seguido iluminando y atrayendo a incontables hombres y mujeres, de todas las edades y condiciones y en todas las épocas.

También en estas tierras de Jaén, desde aquella primera Sede de Iliturgi, de San Eufrasio, hasta el día de hoy, han pasado muchas generaciones de cristianos y aquí continúa vivo el Evangelio. Somos sus herederos. Muchos fueron testigos hasta derramar su sangre; otros destacaron por sus virtudes y ciencia, algunos traspasaron las fronteras, fieles al mandato del Señor de ir al mundo entero a predicar el Evangelio.

Es esta una tierra rica en cristianos comprometidos y fieles, de personas de una profunda cultura religiosa cristiana, amantes y defensores de sus tradiciones, de amor “a flor de piel” en honor de la Santísima Virgen. Pero no bajemos el listón, como algunos se empeñan que lo hagamos. Todo lo contrario.

Así es esta Iglesia diocesana, con luces y sombras. Quiere seguir mirando al Santo Rostro, a Nuestro Padre Jesús, a la Virgen de la Cabeza y San Eufrasio... a tantas imágenes de su devoción que continúan intercediendo por nosotros ante el Señor, al tiempo que nos invitan a seguir sus pasos.

3. ¡Gracias por tanta generosidad!

La colaboración económica por parte de todos los fieles a favor del sostenimiento y desarrollo de las actividades diocesanas, es siempre necesaria. Dios no mide las cosas por primeros, sino por generosidad.

La Conferencia Episcopal Española y Diócesis de España están informando durante todos estos días sobre la labor de la Iglesia en nuestro país y fuera de él. También ponemos en su conocimiento, durante esta campaña, y con ocasión de esta jornada anual, la situación económica de la Diócesis.

Suman muchos enteros de amor la acción caritativa y social, la ayuda para la construcción y conservación de templos, el apoyo a las misiones y desarrollo de los pueblos, a nuestros Seminarios, y, en esta jornada, a favor de la Iglesia diocesana, además de su colaboración para el sostenimiento de su Parroquia.

La última jornada diocesana a favor de “nuevos templos” ha superado los cincuenta y cuatro mil euros, con un donativo, además, de cincuenta mil kilos de ladrillos con destino a la nueva Iglesia de Las Infantas. Gracias.

Cada uno aportamos conforme a nuestras posibilidades y se distribuye, luego, a la vista de las necesidades, según las urgencias.

Que el Señor os lo pague. Con mi saludo y bendición.

RAMÓN DEL HOYO LÓPEZ
OBISPO DE JAÉN

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