30 DE ENERO, SÉPTIMO
DÍA DE NOVENA
SALUDO INICIAL
V/.
En
el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
V/.
Que
la paz del Señor esté con todo vosotros.
R/. Y
con tu espíritu.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Gracias te damos Padre, por la Virgen de la Paz, Madre de
tu Divino Hijo, Mujer dócil a tu Santo Espíritu.
Intercede por nosotros, pecadores, Madre de la Paz
bendita para que podamos conseguir la paz verdadera que procede sólo de tu Hijo
Jesucristo, Príncipe de la Paz.
Concédenos, Señor, por esta novena, espíritu de piedad,
reflexión profunda, conversión de vida, renovación de la fe, deseos de santidad
y un amor grande a Dios, a la Iglesia, y a los hermanos.
Junto a la Virgen
de la Paz, sea nuestra alabanza y gloria a Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
+
Virgen de la Paz, Hija de Dios Padre: Dios te salve María, llena eres de
gracia….y Gloria.
+
Virgen de la Paz, Madre de Dios Hijo: Dios te salve María, llena eres de
gracia….y Gloria.
+
Virgen de la Paz, Esposa de Dios Espíritu Santo: Dios te salve María, llena
eres de gracia…y Gloria.
REFLEXIÓN
LA VIRGEN MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
“Jesús es el Hijo
único de María, pero la maternidad espiritual de María se extiende a todos los
hombre a los cuales, El vino a salvar: Dio a luz al Hijo, al que Dios
constituyó el mayor de muchos hermanos, es decir, de los creyentes, a cuyo
nacimiento y educación colabora con amor de madre.
El papel de María
con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo, deriva
directamente de ella. Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la
salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo
hasta su muerte. Se manifiesta particularmente en la hora de la pasión:
Jesucristo, agonizando en la cruz, la dio como madre al discípulo amado con
estas palabras: Mujer, ahí tienes a tu hijo.”
(CIC 501.964)
Virgen de la Paz, Madre de Dios y Madre nuestra, vela
por nosotros en esta peregrinación hacia la casa del Padre, para que seamos
dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
(Reflexionamos unos minutos en
silencio)
Madre y Reina de la Paz, te encomiendo con todo fervor y
confianza la intención particular por la que ofrezco esta novena. Preséntala
ante Jesucristo tu Hijo, mi Señor y Salvador. Si conviene y es para mayor
gloria de Dios y bien nuestro que se cumpla y si no que sea la voluntad de Dios
Padre en la tierra como en el cielo. Amén.
(En silencio presentamos la
intención de la novena)
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Virgen de la
Paz, Madre de amor, al asomarnos cada día al espejo limpísimo de tu vida, vemos
reflejadas todas las virtudes y gracias que Dios te ha concedido, llenando así
de paz nuestras vidas con tan hermosa luz.
Confiamos en tu
eficaz mediación, para mantenernos fieles en la fe, a pesar de nuestras
debilidades y pruebas, amando a Dios y al prójimo como Iglesia viva,
construyendo el Reino de Dios, Reino de Paz, como es voluntad de tu Hijo
Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
GOZOS DE LA VIRGEN DE LA PAZ
Para
todos los días de novena:
Pues fuiste en
paz engendrada
Para nuestra
medianera,
Dadnos la paz
verdadera,
Virgen de la paz
sagrada.
Día séptimo de novena:
Vuestra estampa
En todo instante
Como tenemos probado
Es escudo del soldado
Y puerto del naufragante
Y el cansado caminante
También halla en ti posada
Dadnos la paz verdadera
Virgen de la paz sagrada.
CONCLUSIÓN
V/.
Ave
María Purísima
R/. Sin
pecado concebida
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