En una ocasión más nos reunimos, y en esta vez con el Tema de estudio que lleva como título “Profundizamos juntos en nuestra fe”. Tiene como objetivo promover el diálogo de la pareja sobre temas espirituales. Ayuda a construir el equipo, reforzando los lazos de amistad entre sus miembros, mediante el intercambio de ideas y de experiencias sobre temas de interés para la formación personal y conyugal.
No hay vida cristiana sin fe viva. No hay fe viva y progresiva sin reflexión. Reflexionar sobre el contenido de nuestra fe es una exigencia de la propia fe.
Muchos matrimonios tienen una idea vaga y difusa de Dios y un conocimiento superficial de las enseñanzas de la Iglesia sobre matrimonio, amor, familia, paternidad, educación, etc. En los matrimonios de los ENS quieren corregir esto, porque saben que para el matrimonio cristiano es esencial para su vida reforzar y profundizar en su fe y adquirir un mayor conocimiento de las exigencias evangélicas de Cristo.
La respuesta al tema de estudio debe reflejar la vivencia cristiana del matrimonio y expresar su preocupación por confrontar su vida personal, conyugal, eclesial y como equipista a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, suscitando cambios de actitud y de maduración de la fe.
“El hombre fue creado para conocer, amar y servir a Dios. Si no lo conoce con un conocimiento vivo e incesantemente mantenido, no tendrá ilusiones: no lo amará y no lo servirá verdaderamente”. (P. Henri Caffarel)
La oración la hicimos con el texto del evangelio de Lc 17,11-19. Como de costumbre D. Mariano nos hizo una reflexión. Jesús iba de camino a Jerusalén, y acercándose a Él diez leprosos les gritan para que le resolviera su problema de inmediato, “Ten compasión de mí”. Jesús los cura y les manda “id a los sacerdotes”, como prescribía la ley después de una curación. Jesús no es un revolucionario, sigue el precepto y la ley, “Yo no he venido a abolir la ley sino a darle plenitud”. Solo uno de los leprosos se da cuenta de algo más que de sus necesidades inmediatas, se encuentra la sorpresa, una curación integral, no inmediata, una vida para siempre.
Y nosotros ¿cómo nos acercamos a Dios? cual es nuestra postura. Es un Dios botiquín, solo acudimos cuando lo necesitamos, tenemos altibajos como los dientes de una sierra. A Dios hay que experimentarle en el día a día. No podemos dejar a Dios solo para momentos de nuestra vida que necesitamos nos resuelva algún problema.
Jesús preguntó ¿donde están los demás? Jesús iba camino de Jerusalén, camino de la cruz, a dar la vida, y pierde por goleada 9 a 1, y Él sigue, otro hubiese dicho ¿para eso doy la vida? Pero ese es nuestro Jesús. Para nosotros es fácil, todavía no nos han pedido la vida.
Pidamos al Señor una oración continua de corazón. Saber de quién me he fiado. Menos juzgar a Dios. No tentemos a Dios. Poner nuestra confianza en Dios, Él no nos va a abandonar, -dejar en el camino-. Siempre podemos volver aunque nos hayamos apartado. Que Él nos ayude a cumplir todo esto en este tiempo de cuaresma.
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