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miércoles, 8 de junio de 2011

EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA - BAEZA 1


En una ocasión más nos reunimos, y esta vez con el tema de estudio “Vida de Equipo”. A ejemplo de las primeras comunidades cristianas que “tenían un solo corazón y una sola alma”, buscamos durante el mes intensificar las oportunidades de encuentros para orar, convivir, confraternizar. En la medida que nos encontremos más frecuentemente, viviremos mejor el Equipo como comunidad. Ningún equipo puede existir realmente sin frecuentes ocasiones de encuentros entre sus miembros.

También es muy importante contar con la presencia del Sacerdote Consiliario quien, asumiendo su función, hace presente a Cristo, sirviendo a la Iglesia a través de la pequeña Ecclesia. Los matrimonios de los Equipos guardan una íntima y fraterna relación con sus Consiliarios, pues los dos sacramentos, Orden y Matrimonio, tienen como finalidad la salvación del otro a través del servicio.

Los encuentros entre una y otra Reunión ayudan a crear y a fortalecer los lazos de amistad entre los matrimonios. En un ambiente menos estructurado, diferente al de una Reunión Mensual, las conversaciones fluyen con mayor facilidad y el conocimiento de los otros y el darse a conocer se produce con mayor naturalidad. Estos momentos fortalecen la comunidad y enriquecen al compartir en la Reunión Mensual.

En este mes de Mayo hemos compartido dos acontecimientos de gran alegría para nuestro Equipo, la Primera Comunión de Laura, la hija mayor de Inma y Antonio, y el nacimiento de Inmaculada, la tercera de los hijos de Conchi y Pepe, por todo ello damos gracias a Dios y así lo manifestamos todos durante la Reunión .

La oración la hicimos con el Salmo 133. Después de coincidir todos en dar gracias a Dios por la unidad y fraternidad que encontramos en nuestro equipo D. Mariano nos hizo su reflexión. Esa unidad es bendición que manda el Señor, que da la vida para siempre. No hay mayor bendición que los hermanos estén unidos. Esta unidad nos la da el Bautismo que nos hace hermanos. Jesucristo nos ha proporcionado entrar en una familia, entrando en una vida nueva, naciendo de nuevo por el agua y el espíritu. Ahí está la bendición de Dios, salvados, rescatados. Así uno encuentra la similitud con sus hermanos, una misma fe, y un mismo fin. Si no comparte uno un mismo proyecto de vida no puede encontrar esa unidad. El Señor nos ha liberado de las distintas razas, condiciones…., nos ha liberado no solo en el proyecto religioso, también en nuestra relación con los demás. El Señor es el que nos ha unido y nos mantiene en esa unidad.

Damos gracias a Dios, porque el mérito no es nuestro, nos hemos unido por la gracia de Dios.

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