Ni nuestra parroquia ni nuestros grupos parroquiales son ambiguos a la hora de defender la vida como valor supremo, que es lo que nos enseña Jesucristo en el Evangelio y nos lo recuerdan nuestros pastores contínuamente.
Por eso, al no poder estar en Sevilla defendiendo la vida porque estábamos en el Rocío de convivencia como hermandad, rezando el santo Rosario, celebrando la Eucaristía y haciéndole palmas a la Virgen además de vivas y vítores, quisimos hacer un gesto a favor de la vida y rechazando el aborto.
Al finalizar la Eucaristía con un templo repleto de fieles no sólo de Baeza, sino venidos de todas partes, nos manifestamos en la puerta de la ermita, pancarta en mano, y dejamos muy clara nuestra posición.
En fin, palmas a la Virgen, palmas a la vida, y a todo el que se las merezca.
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