Diario de Noticias / 14-04-09 / Carlos Andreu
Acabo de volver de Sevilla de disfrutar de su peculiar manera de celebrar la Semana Santa. Puede que todavía lleve la emoción de las saetas en mi garganta o el olor del incienso en mi ropa o el blanco y el albero de las calles en mis pupilas o la fuerza de los costaleros en mi corazón... pero me he dado cuenta de una cosa. España no es laica. El día que vea a 30 tíos levantar a hombros el monumento a la Constitución y pasearlo durante toda una noche por las calles de Sevilla, ese día creeré que este país es laico. El día que vea a hombretones llorar al paso de María Teresa Fernández de la Vega, ese día creeré que este país es laico. El día que vea colas de hombres, mujeres y niños para visitar el Tribunal Constitucional, ese día creeré que somos un país laico. Mientras tanto, seguiré pensando que aquí, la mayoría necesitamos de algo más grande que un consejo de ministros.
4 comentarios:
Me parece bastante emotivo.Pero yo digo: el día que vea a todos los cristianos votando a un partido que sea coherente con el Evangelio, entonces seremos cristianos convincentes y dirán, mira que unidos están y como defienden la verdad.
Sencillamente genial
El problema es que no hay ningún partido que sea totalmente coherente con el Evangelio.
Seguramente tendriamos, que leer los programas politicos, y yo el primero, antes de emitir el voto.Pedro
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