Carta sexta a
Jesús de Nazaret
Domingo 29 de diciembre del 2013
Evangelio: Mateo 2, 13-23
S
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eñor: Al recordarme hoy tu ida a
Egipto como emigrante, me ha vuelto a golpear la marcha emigratoria que viví en
mi niñez, y la de millones de familias que la sufren en la actualidad.
Yo la padecí cuando tenía
ocho años. Hoy son muchos millones de niños, más pequeños incluso, quienes, con
sus hermanos y sus padres, recorren desnutridos caminos polvorientos bajo la
lluvia y el sol, y entre el silbar de las balas.
¿Por qué,
Jesús? ¿Por qué tanta tragedia cebándose en cuerpos pequeños e inocentes?
Existe una
causa común en las
emigraciones de hoy, en la mía y en la
tuya.
.
Cuando el poder político
se siente amenazado, reacciona con violencia, y la violencia se generaliza.
Pero azota de manera especial y más cruel, las espaldas de los pobres, de los
niños, y de los inocentes.¿Por qué, Jesús?
Hay tierra
para todos; hay alimentos para todos; hay techo para todos….lo que no hay es justicia
y equidad para todos.
¿Por qué,
Jesús?
Los tres
años últimos, antes de tu muerte, los dedicaste a recorrer los caminos de Palestina,
poniendo los cimientos de un mundo nuevo, más justo y fraterno. El cimiento de
ese mundo, es el amor. Un amor a Dios, que es Padre que nos ama a todos
como a hijos; y un amor
a todo hombre y mujer como hermanos,
con lo que se consigue de manera eficaz la nueva Familia Humana.
De esto, no solo
hablaste, sino que lo rubricaste con tu propia sangre.
Entonces, Jesús: ¿Por qué los hombres que somos los verdugos y las víctimas, no
entramos en la sensatez de la justicia y en la eficacia del amor?
¿O es que esa pregunta me
la tengo que hacer a mí mismo y responderla responsable y generoso?
Con afecto y adoración.
Bartolomé Menor.
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