Carta cuarta a Jesús de Nazaret.
Domingo 15 de diciembre del 2013
Evangelio: Mateo 11, 2-11
S
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eñor: ¿Cuándo aprenderemos de ti, los hombres? Es necesario cambiar
la sociedad para
conseguir un mundo mejor, más justo, más humano….Un mundo en el que cada mujer
y cada hombre, tenga la edad que tenga, sea del color que sea su piel y viva en
el rincón del mundo donde respire, sea tratado con igual dignidad.
Esto no se consigue destruyendo, sino construyendo.
Y no es construir cuando se destruye lo bien construido por el antecesor.
Te
preguntaron quién eras. Tu respuesta fue mostrar las manos. Manos cargadas de
obras de
bien: obras que aliviaban
el sufrimiento de los menesterosos.
Aprovechaste la ocasión para valorar la personalidad del profeta del
Jordán, Juan el Bautista.
Lo
contrario de lo que hacemos nosotros cuando hablamos de aquellos que fueron
nuestros antecesores en el trabajo o son nuestros sucesores en la
actualidad.
Intentamos
enaltecernos humillando o criticando al que pasó antes que nosotros. O se
destruye lo construido por él, solo porque es de otro partido político u otra
ideología.
Dices,
también, Jesús, algo que a tus seguidores abre unas perspectivas de futuro,
imposible de imaginar.
Porque Juan el Bautista es un gran hombre en
la Historia, especialmente en la Historia de nuestra
Iglesia. Y lo dices tú,
que no te
equivocas, ni engañas: JUAN
ES EL HOMBRE MÁS GRANDE NACIDO DE MUJER; PERO QUE TODO EL QUE VIVE LOS VALORES
DE TU REINO, AUNQUE SEA DE LOS MENOS SIGNIFICATIVOS, ES MÁS GRANDE QUE JUAN
(Mt. 11,11)
Entiendo Jesús que dices,
que si me esfuerzo en vivir los valores del Reino: tener a Dios, tu Padre, como
Padre mío, y considerar al resto de los hombres y mujeres como miembros de mi
familia, hermanos, seré grande, aunque no sea reconocido como tal.
Con afecto y adoración.
Bartolomé Menor.
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