Sus padres eran
judío-conversos, un hecho que hizo que San Juan de Ávila tuviera algunos
contratiempos. La filóloga de la UJA destaca que muy probablemente no
pudo ir a predicar a América como era su deseo por “tener raza”, y que
ésta pudo ser también una de las razones por las que fue encarcelado por
la Inquisición de Sevilla durante casi dos años.
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Se le reconoce como
el predicador o el apóstol de Andalucía y realizó buena parte de su
labor en la provincia de Jaén, donde jugó un papel esencial en la
creación de centros de enseñanza de distintos niveles, hospitales y
otros centros sociales, según explica María Dolores Rincón. Prueba de
ello es que colaboró activamente en la puesta en marcha de la
institución universitaria de Baeza siendo patrono de la misma desde
1540.
San Juan de Ávila
recibió el año pasado el título Doctor de la Iglesia, un mérito
concedido por el Papa a los grandes maestros de la fe. La investigadora
de la UJA señala que sólo treintena y cinco personas en toda la historia
han recibido este reconocimiento, y entre ellos sólo cuatro españoles.
Además del ya mencionado San Juan de Ávila, San Isidoro de Sevilla,
Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
“Era un hombre
práctico y auténtico. Vivía la religión desde la experiencia, era un
cristiano de vivencia. Tenía una gran formación y fue un reformador”,
subraya María Dolores Rincón. La experta añade que uno de sus grandes
méritos fue saber orientar a sus discípulos según sus habilidades.
“Encomendaba a cada uno de sus seguidores una función relacionada con
sus capacidades, de manera que enviaba ingenieros a construir sistemas
de riego, arquitectos a construir hospitales… A San Juan de Dios, uno de
sus más leales seguidores, lo envió a estudiar enfermería al Monasterio
de Guadalupe”.
No obstante este
hecho no impidió que San Juan de Ávila desarrollara una predicación sin
precedentes en Andalucía y que creara una extensa y destacable obra
espiritual. En 1894 fue beatificado, en 1970 canonizado y el año pasado
recibió el título Doctor de la Iglesia a petición de la Conferencia
Episcopal Española.
Estas conclusiones
del grupo de trabajo de la Universidad de Jaén fueron presentadas en el
contexto de las Jornadas de la Oficina para las Causas de los Santos de
la Conferencia Episcopal Española que con el título “La confesión de la
fe” estaban dedicadas a profundizar en aspectos de la persona y la obra
de san Juan de Ávila. Cuatro especialistas, profesores universitarios,
han ofrecido otras tantas perspectivas del Santo Maestro: Humanista –Dª Mª Dolores Rincón González, Universidad de Jaén-,Evangelizador –Dª Mª Jesús Fernández Cordero, Universidad Pontificia Comillas, Madrid-, Reformador –D. Saturnino López Santidrián, Facultad de Teología del Norte de España, Sede Burgos-, Educador –D.
Miguel Anxo Pena González, Universidad Pontificia de Salamanca-. La
mesa redonda, más bien panel de expertos, la completaba Mons. Juan del
Río, arzobispo castrense, especialista en la eclesiología del Maestro
Ávila.
De la reflexión
aportada por los ponentes, fruto de nuevas líneas de trabajo iniciadas
en unos casos y de los avances en estudios ya consolidados, surgen
matices de nuestro Doctor San Juan de Ávila que nos invitan, con nuevo
vigor, a profesar con la palabra, con los gestos y con la vida, lo que
el corazón cree. Creemos en el Amor, el Amor que es Dios, el Amor que
Dios nos tiene, el Amor que Jesús nos ha mostrado en su vida y su
Palabra.
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