
Será la semana de la consolación. Como aquel hombre recibió el consuelo de Jesús, también nosotros hemos sido llamados a vivir el consuelo que viene de la presencia del Señor en nuestras vidas y a ser vehículos del consuelo de Cristo para los otros. Y es que la misericordia tiene también el rostro de la consolación. Todos tenemos necesidad de consuelo: nadie es inmune al sufrimiento, al dolor y a la incomprensión. Y necesitamos una palabra de ánimo, o un abrazo, o una caricia, o un silencio compartido (n. 13-15).
El rito comunitario de esta semana estará también unido a la eucaristía dominical: una celebración comunitaria de la unción de los enfermos. Y a partir del domingo, habremos de dejar que la misericordia de Dios anime nuestra creatividad para tener con los demás particularmente gestos de consuelo.
Más info: http://evangelizacionjaen.es/cuaresma-2017/
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